A esta pregunta planteada espontáneamente seguro que muchos contestarían de modo afirmativo , pero ¿es una respuesta \»cliché\» o refleja la realidad auténtica?
Actualmente estamos siendo testigos -y con frecuencia también partícipes- de una elocuente paradoja: mientras la tecnología nos ofrece innumerables y eficaces medios de comunicación, se constata que la incomunicación interpersonal se ha convertido en la principal causa generadora de conflictos en el entorno familiar, profesional o social.
Una comunicación escasa, recelosa o conflictiva es, con frecuencia, desencadenante del deterioro -incluso de la ruptura – de la relación conyugal. En otras ocasiones, esa incomunicación muestra la consecuencia de un progresivo distanciamiento que deriva en \»unas vidas paralelas\» dentro del propio hogar.
Cuidar y acrecentar el amor en la pareja es una tarea constante a lo largo de la vida, y para ello una sincera comunicación resulta imprescindible. De ahí que pueda ser muy útil el documento Consejos para mejorar la comunicación conyugal. Porque con claridad y realismo nos permite revisar las propias actitudes o comportamientos y su incidencia en la convivencia diaria. Asimismo muestra los obstáculos más relevantes que dificultan el diálogo sincero; y por último, propone estrategias útiles para favorecer esa necesaria intercomunicación conyugal.
Son muchos los fracasos matrimoniales debido a la falta de comunicación, no porque no quieran comunicarse, si no porque no saben hacerlo.
En este artículo tenemos la ocasión de aprender, ponerla en práctica y lograr un matrimonio feliz.
quisiera tener una ultima oportunidad donde haya un dialogo, donde no siempre sea la culpable de todo, pero por mucho q lo intento siempre volvemos a lo mismo discusiones, enfados
¿Ves posible, o mejor dicho: veis posible contar con alguien que medie en vuestros enfados, discusiones?
Me parece una buena sugerencia la que hace macalle a Mª Dolores cuando ese diálogo resulta tan difícil: buscar ayuda de una persona «neutral» que pueda permitir un diálogo sereno y positivo entre posturas enfrentadas.Pero eso requiere que ambos estén de acuerdo en su intervención, y no siempre sucede.
Por otra parte, creo que no hay que desanimarse ni culpabilizarse si, a veces, brotan discusiones cuando el objetivo era dialogar; habrá que intentarlo nuevamente cambiando la estrategia , la actitud o la oportunidad.