Claves para educar con autoridad y afecto

¿Cómo encontrar el equilibrio?

\"autoridad-afecto\"¿Padres permisivos y cariñosos o padres autoritarios y poco afectivos?

Una cuestión que preocupa a muchos padres y educadores, lo cierto es que no son alternativas válidas ninguna de las dos, los justo sería padres con autoridad y afectuosos, pero ¿cómo se llega a ese objetivo ideal? Es bien sabido por todos que ninguno aprende a ser padre sino cuando ya tienes al hijo entre los brazos, son muchos los temores a fracasar en tan grandiosa labor, hacer de un tierno bebé un adulto responsable y que aporte algo positivo a la sociedad no es fácil, por eso podemos hablar hoy de algunas claves que nos pueden ayudar en nuestra labor de padres o educadores responsables. Podemos:

  • Reflexionar en primer lugar sobre cuál ha sido nuestro modelo educativo, como fuimos educados por nuestros padres, quedémonos con lo bueno y positivo y desechemos lo que nos parezca negativo o perjudicial. Aprendamos recursos, estrategias (escuelas de padres) para realizar mejor nuestra labor. Siempre podemos aprender a ser más efectivos.
  • Marquemos límites sanos y flexibles a la hora de instruirles en las normas de convivencia dentro y fuera del hogar, a la hora de disciplinar recurramos a la retirada de privilegios más que a castigos físicos, y con los adolescentes y jóvenes es muy importante la negociación.
  • Seamos conscientes de que somos modelos las 24 horas del día, no solo enseñamos verbalmente, nuestra conducta diaria es un libro abierto en el que aprenden nuestros hijos los valores, los principios, la disciplina, etc. Por tanto, coherencia en nuestro comportamiento.
  • Demos lugar al niño, escuchemos lo que tiene que decir, cómo piensa, cómo siente, lo que le preocupa, lo que le alegra, etc. Tomemos tiempo para conocer a nuestros hijos. Los hijos desean más el tiempo de sus padres que cualquier otra cosa material, aunque no lo parezca.
  • Hagámosles saber cuánto les queremos y cuán importantes son ellos en nuestra vida. A menudo los hijos escuchan reproches, quejas, descalificaciones….sin embargo, lo que necesitan oír es aprobación cuando hacen las cosas bien, reconocimiento de sus logros, elogiar sus capacidades, y aquí aprovecho para decir lo siguiente, NUNCA LES COMPAREMOS CON OTROS, mucho menos con sus hermanos, cada niño es único e irrepetible y debe ser tratado en base a esa diferencia.

Todo ello contribuirá a hacer del niño ese adulto responsable a que aspiramos y sobre todo una persona con una autoestima sana, conocedor de sus fortalezas y sus puntos débiles, un ser humano libre e independiente, capaz de integrarse en la sociedad de la que formará parte.

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